Los gatos se encuentran, sin dudas, entre las mascotas más preferidas por el hombre. Su belleza física, unida a su mezcla de independencia con apego, así como lo gracioso de sus juegos, los convierte en la compañía perfecta para niños y adultos.
Sin embargo, los gatos no siempre fueron animales dóciles. Debieron transcurrir más de 5.300 años para que se produjera contacto con la especie humana.
Los gatos actuales domésticos, los cerca de 600 millones, descienden del Felis silvestris líbica, especie salvaje (aun presente en Europa) y cuyo acercamiento al hombre se encuentra registrado en el antiguo pueblo chino de Quanhucun.
TRAS LOS ROEDORES
Aunque aún no se sabe a ciencia cierta si fueron los gatos del Antiguo Oriente (Egipto) los que llegaron China, o viceversa, o si en realidad hubo una mezcla entre ellos; lo cierto es que los felinos y su domesticación guardan estrecha relación con la agricultura.
Investigaciones sobre el tema, aseguran que los gatos se acercaron a los hombres en busca de alimentos, es decir, con el objetivo de cazar los roedores que proliferaban en sus almacenes y cultivos. Aunque este acercamiento no se realizó como parte de un proceso social, constituyó el primer paso hacia la domesticación de los felinos.
En estudio realizado en 2004 demostró que la relación gato-hombre, comenzada a partir de una necesidad mutua, se inició mucho antes de lo que los jeroglíficos de Egipto representan.
La Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, comprobó según resto fósiles que los roedores iban en busca del mijo de los agricultores, y los gatos tras de ellos. A grandes rasgos, podemos decir que se constató cómo los mininos se alimentaban de animales que comían mijo (roedores).
De tal forma se confirmó que la domesticación del gato ocurrió, al menos, 14 mil 000 años más tarde que la de los perros.